Prevención de la dislexia: lo que ayuda a los niños en su desarrollo
La dislexia es una enfermedad que afecta el dominio del lenguaje de los niños. La enfermedad puede ocurrir de forma aislada o en combinación con otros trastornos del desarrollo como la discalculia, que trataremos en un artículo aparte.
Se estima que entre el 5 y el 7% de todos los niños padecen dislexia. Esto es en promedio para un tamaño de clase de 20-25 niños, un niño por clase que sufre de dislexia.
Eso significa que la dislexia está muy extendida y, en una inspección más cercana, todos tienen puntos de contacto con esta enfermedad durante sus días escolares.
Incluso si se ha discutido un aumento del componente genético en los últimos años, la dislexia siempre debe considerarse como multifactorial.
Para determinar la dislexia más allá de toda duda, un examen médico es esencial. Debido a que cuanto antes se reconozca la enfermedad, antes será posible tomar contramedidas preventivas.
También se puede observar que un gran número de niños que asisten a la escuela secundaria también cometen una cantidad desproporcionadamente grande de errores ortográficos. La dislexia no siempre se reconoce de inmediato. A menudo, los niños son objeto de burlas, pierden la diversión de aprender o no reciben la ayuda adecuada para lidiar mejor con su déficit.
Por lo tanto, muchos niños desean que se les dé el tiempo y la paz y tranquilidad necesarios para leer en voz alta y que no tengan que temer al fracaso al leer en voz alta en el aula.
Los signos típicos de dislexia son:
- El contenido no se atasca después de leer o el niño tiene dificultades para reproducir el contenido
- Perder constantemente la línea o la palabra
- Las sílabas individuales se intercambian o se tragan.
- Un ritmo de lectura muy lento
Las investigaciones nos dicen que la edad entre 12-24 meses es importante para promover la educación del lenguaje en la primera infancia y mejorar la comprensión del lenguaje.
¿Cómo se puede contrarrestar la dislexia?
La palabra clave para prevenir la dislexia es crear una conciencia fonológica; en resumen, simplemente significa desarrollar una conciencia o, coloquialmente, un "sentimiento" por el idioma.
El objetivo es, entre otras cosas, descomponer las palabras en diferentes sonidos.
El aprendizaje de la lengua escrita en la escuela se realiza principalmente a través de ejercicios que entrenan la conciencia fonológica.
Los niños que han realizado ejercicios de lenguaje específicamente en casa con sus padres suelen aprender a leer y escribir más rápidamente.
También puede ver que 2/3 de todos los casos posteriores de trastornos de la lectura y la ortografía ya se pueden identificar en la edad preescolar. La conciencia fonológica es, por tanto, un indicador esencial de este diagnóstico.
Por lo tanto, tiene sentido entrenar desde la edad preescolar, especialmente si el niño, naturalmente, tiene un talento débil para los idiomas. Es precisamente entonces cuando el niño puede construir sobre algo en la escuela y no tiene que aprenderlo todo laboriosamente y tener la sensación de ser superado y dejado atrás por otros estudiantes.
Consejos para la dislexia
Pero, ¿qué puedo hacer específicamente para domar el trastorno de lectura y ortografía para que los déficits no sean tan fuertes como los de los compañeros y el niño tenga un tiempo escolar más agradable?
La mayoría de las veces, los maestros no tienen la oportunidad de dedicarse a los niños con dislexia. Por lo tanto, corresponde a los padres en casa preparar a los niños para el horario escolar y proporcionar formas y medios para que los niños puedan volverse autosuficientes.
A menudo, los niños con dislexia pierden rápidamente el deseo de aprender y pueden ser objeto de burlas y se desarrolla un círculo vicioso. Cabe señalar que los niños con dislexia en su mayor parte no son menos inteligentes, pero las áreas del cerebro que son responsables del lenguaje simplemente funcionan de manera diferente.
Por tanto, es importante leer junto con los niños. Inicialmente, estos pueden ser libros simples que también contienen muchas imágenes.
Por lo tanto, también es importante crear una atmósfera de bienestar para el niño. Por ejemplo, se puede configurar un rincón de lectura en el que se coloquen los juguetes favoritos del niño.
Los padres también pueden llevar una especie de diario con su hijo. Todos los días, allí se anotan oraciones y experiencias individuales que el niño puede encontrar particularmente emocionantes.
Además de las oraciones, puede pintar una imagen juntos como recompensa, esto puede representar la oración respectiva.
Es importante repetir esta práctica con regularidad para que el niño tenga una rutina positiva y conecte asociaciones positivas con el proceso de escritura.
A través de estas experiencias positivas, el niño puede mantenerse más tranquilo incluso en la escuela y afrontar mejor la situación estresante cuando tiene que leer en voz alta.
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