De cerca: por qué nuestro cerebro necesita superficies para aprender

El cerebro humano no funciona como un medio de almacenamiento de datos digitales, en el que la información se puede voltear y recuperar en cualquier momento exactamente de la misma manera. Todo lo que recordamos queda anclado en diferentes partes del cerebro. Entonces aprendemos multidimensionales. Es por eso que las estrategias de aprendizaje, como la caminata narrativa, también funcionan. Aquí imaginamos que estamos caminando por una habitación y encontramos información en diferentes lugares. Si queremos recuperar la información más tarde, volvemos a recorrer el espacio virtual y encontramos fácilmente el acceso a nuestro conocimiento. 

Aprender es sentir y moverse

Los investigadores encontraron que siempre se accede a la lectura con la información motora de la escritura. Además, la gente aprende mejor con los libros que con las pantallas. Aquí es donde entra en juego el componente tridimensional. Además de la información en sí, el cerebro también almacena un lugar en un libro o en la oreja de un perro, por ejemplo. El conocimiento está mejor anclado. 

Sentimos lo que sentimos

Las superficies y su tacto son mucho más que ayudas para el aprendizaje. Incluso antes de llegar a los tres años, hemos asociado impresiones emocionales profundas con diferentes superficies. Son tan concisos que a menudo ni siquiera pueden expresarse verbalmente. Piense por sí mismo cómo se siente cuando camina descalzo sobre un piso de madera o cuando se envuelve en una manta suave. Entonces, no solo nos sentimos sensoriales, sino que también siempre sentimos emocionalmente. 

Nuestra piel está equipada con millones de sensores hápticos que transmiten una sensación impresionante a nuestro cerebro. Por eso es maravilloso que los niños experimenten con juguetes que tienen diferentes superficies. La madera puede estar aceitada, barnizada o natural y cada variante provoca su propia sensación. 

Escribir a mano está anclado de forma más sostenible

Escribir en papel también es completamente diferente a escribir en una computadora o escribir en una pantalla con un lápiz óptico. Cuando los estudiantes escriben en papel, también hay una experiencia háptica y tridimensional.

En el caso de las transcripciones, las conexiones se resumen en consecuencia y, por lo tanto, se registran mejor. Al escribir, la gente tiende a anotar palabra por palabra. En los estudios con estudiantes, los que tenían la versión manuscrita tenían una ventaja de aprendizaje sobre los que escribían en la computadora. 

 

 


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